CECI N'EST PAS UN SUICIDE

Descortesía del suicida
Carlos Vitale
Editorial Candaya, 2008
|114 p.|12 euros|ISBN:9788493600730|

El retraso de estas palabras es más que una descortesía con Descortesía del suicida, fortalece la sensación común de que la inmediatez es un valor que se consume como la cerveza en el verano. Atrás quedaron muchos libros. Pero en mi mesa descortés Descortesía permanece.

Desde el prólogo de José María Merino, garantía de solidez, la crítica ha ido edificando la percepción de este libro: vemos, en efecto, el ingenio que resuelve los textos, el humor y la palabra certera. Las tres características ya son clásicas del moderno microrrelato, pero Carlos Vitale intensifica en este libro la relación lúdica y significativa entre el título y el texto.( A veces, el título llega a ser tan importante como el texto, incluso intercambiables:

Otro poeta

Eliot o nada).

La brevedad de estos microrrelatos fue un seguro desafío para el narrador, lo es para el lector, y para la propia narratividad de estos textos, muchos de los cuales se alejan del carácter temporal de toda historia para completar el discernimiento de un instante.

En este sentido, Descortesía del suicida de Carlos Vitale supone una investigación en el género del microrrelato, un impulso hacia la desnudez del mismo, una des-investidura del traje-cuento para mostrar una versión múltiple de la verdad literaria hecha de ficción. Invito al autor a nombrar el género mestizo del que nos hace una interesantísima entrega. Se parece al microdiario, al microensayo, al microrrelato por supuesto, y también a los cuadros de Magritte (rectifico: no se parecen, son todo eso. Uno puede leer el contraste como ver Ceci n'est pas une pipe. Cuánto se ajusta un microrrelato a ciertas pinturas y fotografías.)

Sabio retrato de la realidad descortés que nos envuelve, hay en este libro una secuencia crítica, a veces cínica, inquietante, hurgadora, juguetona. Como si la hubieran compuesto Saturno con Urano juntamente, uniendo la sabiduría de uno y la capacidad para sorprender del otro. (Valga de ejemplo este

Hombre invisible

Te alejas sin saber si existo. Me quedo sin saber si existo).

Cruzando estas páginas, en definitiva, encontramos una decidida y punzante realización literaria de nuestro universo cercano. La cortesía en su cuidada factura. Lo escribe Carlos Vitale (y en esta frase une a los escritores solitarios del mundo): “Una máquina de escribir atravesaba la noche”. epz